3 de abril de 2014

Ir en Semana Santa con Familia Misionera es "una de las mejores oportunidades que te da la vida para ser feliz"

Hoy hemos entrevistado Berta para que nos cuente su experiencia de ir de misiones en familia. Ella y su marido, Roberto, tienen poco más de 40 de años, mientras que sus tres hijos van desde los 5 a los 9 años. Toda la familia ya es veterana: en su primera experiencia con Familia Misionera el más pequeño de la casa sólo tenía dos meses de edad… Chico precoz. Lo cierto es que esta es la quinta vez que va toda la familia junta de misiones: Toledo, Palencia y, últimamente, Asturias. Berta nos cuenta que ir de misiones en este plan es un momento de crecimiento en familia: es como si “Espíritu Santo nos hubiera dado un abrazo a todos al mismo tiempo”.




Después de un trimestre de trabajo, Berta, ¿por qué ir de misiones en vez de descansar?
Pues el cuerpo te pide más irte a la playa, pero lo cierto es que irse de Misiones supone un descanso espiritual, un tiempo de dedicación al Señor y a la oración. Físicamente es bastante cansado, pero psicológicamente vienes con más fuerzas.

Por otro lado, vives de una forma tan distinta la Semana Santa, que cuando intentas volver a los planes que hacías antes ya no te encuentras cómodo. En los últimos cinco años sólo ha habido un año que nos fuimos a la playa, porque “queríamos descansar”, y el Jueves Santo nos tuvimos que volver a Madrid a ayudar en nuestra parroquia y en la de un sacerdote amigo. Ya no nos sentíamos a gusto con asistir a los oficios sin más en un ambiente poco propicio para el recogimiento.

Para tener Fe necesitas querer creer, abrirte voluntariamente a Él, pero también que Él te dé esa luz. Misiones nos dio muchísima luz desde el primer año, y una vez que eres consciente de lo privilegiado que eres, no puedes guardártelo. Sientes la necesidad de que a los demás también les ocurra lo que a ti. Por eso hay que contarlo, hay que salir a la calle y mostrárselo a los demás.

Viendo el ejemplo que los sacerdotes a los pueblos a los que hemos ido nos han dado, tampoco te puedes cruzar de brazos, porque realmente es necesaria la ayuda y la Iglesia también somos los demás. Saber que en muchos pueblos, de no ser por nuestra ayuda, no se abrirían las puertas de la parroquia en toda la Semana Santa hace que te pongas las pilas.

Y además, vamos porque nos lo pasamos bien, porque nos reunimos con amigos, porque los niños tienen muchas horas de juego y convivencia, nos ayudan y estamos sembrando semillas en ellos para su futuro.

¿Qué hacéis como familia cuándo vais de misiones?
Pues pasar muchas horas juntos en el coche, en la habitación, en las iglesias y en la calle, porque cuando vas de Misiones tienes que salir a la calle, conversar con la gente que en general te recibe bien e, incluso, te espera de unos años a otros. A los más mayores les hace mucho bien ver a los niños, y a ellos les encanta ponerse su pañuelo y echar a callejear por los pueblos. Durante las comidas y las cenas cada uno cuenta sus anécdotas y cómo le ha ido el día… Entre nosotros y con los demás, porque el resto de familias se convierten en parte de la tuya misma. Todos nos ayudamos con los niños, la comida, los coches… Es muy enriquecedor.

¿Cómo perciben los hijos esta labor que se hace en familia?
Es positivo siempre. Mentiría si dijese que todo les parece maravilloso. Asistir a todos los oficios les resulta a veces tedioso, porque como son pequeños, aunque les expliquemos en qué consiste todo lo que se hace, no lo viven igual que un adulto. Sin embargo son plenamente conscientes de que su presencia y apoyo es tan importante como la nuestra.

Después les compensamos con actividades lúdicas que comparten con otros niños del pueblo, como gynkanas, etc. y les encanta la convivencia con el resto de niños de las otras familias.

¿Entonces, se animan ellos también a colaborar?
Sí claro, les encanta hablar con la gente y rezar por ellos. Ellos mismos se acercan a desconocidos y les invitan a asistir a la Iglesia, a un Via Crucis o a lo que toque. Aprenden, como nosotros, a preparar el altar para la liturgia, realizan las lecturas o a participan como monaguillos.

¿Qué os queda como familia después de las misiones? ¿Os sentís misioneros y misionados?
Nos sentimos más misionados. En nuestra vida hay como pequeños hitos de crecimiento espiritual y de acercamiento a Dios. Algunos han sido personales, pero otros, como irnos de Misiones, han sido familiares. Nuestra Fe se ha hecho más fuerte y nos ha acercado más a Dios de una forma más global. Por utilizar una imagen, es como si el Espíritu Santo nos hubiera dado un abrazo a todos al mismo tiempo. Y ahora cada vez que rezamos juntos antes de acostarnos o nos damos la mano en cadena cuando rezamos el Padrenuestro, sentimos de alguna manera ese vínculo común que nos une a Dios.

Berta, cuéntanos alguna anécdota que os haya sucedido
El primer año estábamos en una casita que nos habían dejado unos parroquianos en un pueblo de Toledo y estábamos apurados porque llegábamos tarde a una Eucaristía en la que Roberto tenía que ayudar al sacerdote que venía con nosotros desde Madrid. Se nos presentó el párroco del pueblo con unos churros para desayunar y nos dijo que no nos preocupáramos por el padre Héctor, que ya se las arreglaría sin nosotros. Estuvimos un buen rato tomando un café y comiendo churros mientras hablábamos y nos conocíamos algo mejor. Fue bonito su gesto de cariño. Hoy todavía seguimos en contacto con él.

¿Qué dirías a algún padre o madre de familia que todavía esté dudando si ir o no ir de misiones?

Que no se lo piense, que no tiene nada que perder. Si no quiere, no tendrá por qué volver a repetirlo, pero si no lo hace se va a perder no sólo una experiencia muy diferente a nuestras vidas cotidianas, si no una de las mejores oportunidades para ser más feliz que te da la vida. Da muchísima pereza pensarlo, lo sé por experiencia. Me pasa todos los años la semana anterior o incluso el mismo miércoles antes del Jueves Santo. Sin embargo, miro el antes y el después de Misiones y siempre digo “gracias Señor Dios mío”.

---

Para apuntarse a misiones o pedir más información puedes consultar la web de Juventud y Familia Misionera o contactar con:
  • Madrid: 619210003
  • Barcelona: 636944901
  • Andalucía: 661503555
  • Valencia: 660324855

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por darnos tu opinión