19 de noviembre de 2015

Seminario Menor | P. Jaramillo: “Soy un privilegiado trabajando con estos chavales tan alegres, entusiastas, tan llenos de vida y que quieren estar aquí”

El P. Juan Jaramillo, L.C., es el rector del seminario menor de los legionarios de Cristo de Vall de Flors, en Valencia. Le hemos entrevistado con motivo de las convivencias nacionales que van a tener durante el puente de la Inmaculada en las que se espera que un gran número de chicos acudan a ver cómo es la vida de los apostólicos. “Me llena de entusiasmo, alegría y de pasión trabajar con estas personas escogidas por Dios”, explica el padre, quien ha dedicado toda su vida a la formación de futuros sacerdotes, tanto en Valencia como en Roma, y especialmente desde hace tres años cuando fue ordenado sacerdote.


¿En qué consiste ser rector de un seminario menor? ¿Es algo parecido a ser padre y madre a la vez de un grupo de chicos que quieren ser sacerdotes?

Tengo que decir que la palabra rector siempre me ha sonado a alguien mayor y que peina canas. Por eso me hace gracia cuando tengo que usarla en mi caso. En cualquier caso, ser rector de un seminario menor significa para mí ser padre, hermano y amigo de cada una de estas personas que el Señor ha puesto en mi camino, para ayudarles a descubrir una posible vocación a la vida religiosa y sacerdotal. Reconozco que soy un privilegiado trabajando con estos chavales tan alegres, entusiastas, tan llenos de vida y quieren estar aquí. Me llena de entusiasmo levantarme cada mañana y encontrarme con ellos en la capilla, dirigirles la meditación… Son chicos súper completos, llenos de cualidades humanas y espirituales y que quieren estar aquí, que quieren dar su vida al Señor. Esto no me deja de asombrar. Siempre me viene a la mente y al corazón el episodio del pequeño Samuel en el templo y la respuesta de Elías: “Si escuchas de nuevo esa voz, tú di: habla Señor que tu siervo escucha”. Ahí está mi papel como formador de estos chicos, prepararles para que puedan escuchar y responder a Dios ante una posible llamada.

¿Cómo son los chicos que llaman a sus puertas?
El perfil de chicos es muy variado, ante todo, son chicos normales. Tenemos que quitar de la cabeza la imagen de que vienen a los seminarios menores aquellos chicos a los que les da miedo el mundo y que se quieren esconder de él para vivir en una burbuja. Viene de todo, pero existe un común denominador en todos: quieren descubrir lo que Dios quiere para sus vidas. Esto es lo que están buscando, vienen movidos por una inquietud: una llamada que ni ellos mismos tienen clara en su interior. Hay de todo, chicos deportistas otros que no lo son, algunos tienen alergia a los estudios, otros vienen porque han sentido una voz en su interior y quieren aclarar y descubrir si es el Señor el que los está llamando... El tipo de chico, en pocas palabras, es el que quiere estar aquí y que está dispuesto a ser generoso con Dios en lo que le pida.

¿A qué se parece un seminario menor? ¿Es una especie de casa para formación de futbolistas profesionales?
Además de que me encanta el fútbol y que siempre que podemos vemos los partidos en un gran ambiente de alegría, el centro vocacional sí se parece a una cantera de fútbol profesional. En la cantera hay muchos chicos, todos entrenan, todos se identifican con la camiseta que llevan, todos están orgullosos de su club… Bueno, pues algo así es el seminario menor: una pequeña cantera de personas generosas que quieren darse a Dios; todos participan de la espiritualidad de la Legión de Cristo, por lo que no somos una cantera anónima. Algunos, pasados un tiempo, descubren que el Señor les está llamando a otro estilo de vida y todo lo vivido en esta cantera lo conservarán siempre con mucho cariño y gratitud. Otros descubren que sí, que el Señor les está llamando a seguirle, y descubren en su interior esa palabra misteriosa y tan llena de sentido y de amor: “Ven y sígueme”.

¿Y las familias qué? ¿Una vez que el hijo ingresa, los padres de familia que papel tienen?
Muy sencillo, tienen el papel de ser padres. Siempre que hablo con los padres de familia antes de admitir a un chico, hablo de la necesidad de que ellos se sumen al plan formativo del Centro Vocacional, pues la vocación nace en familia pero crece en familia, crece con la ayuda de los padres. Ellos tienen que estar ahí, con su presencia cada vez que sea posible, con sus llamadas, sus consejos, sus correcciones también, y los chicos no pueden olvidar que son hijos. Llevo ya cuatro años aquí en la apostólica de España, y tengo que decir que es muy hermosa la relación que tengo con los padres de familia. Todos trabajamos unidos para llevar a plenitud la formación de los hijos y para apoyar su vocación, si la hay.

Constantemente me dicen los padres que cuando vienen a la apostólica, se sienten como en su casa. No se sienten huéspedes, de hecho se hospedan con nosotros cuando les visitan. Formamos “la gran familia del Centro vocacional”: qué hermoso cuando se reúnen todas aquí en el seminario cuando nos visitan. Nunca se me olvidará una frase de un padre cuando vino por primera vez: “Cuando vienes aquí y ves lo que hay, el ambiente de alegría, la formación, las instalaciones, etc., se te caen todos los prejuicios y ves que es lo mejor para tu hijo”.

Benedicto XVI decía a los jóvenes aquello de que “Dios no quita nada, y lo da todo”.

¿Se puede aplicar a los chicos que entran en el seminario menor?
Hace un par de días estuve en nuestro noviciado de Salamanca, pude encontrarme con los chicos que tuve durante tres años en el seminario menor y que ahora están allí en el noviciado. Qué felices les vi, qué plenitud humana y espiritual irradiaban. Sí, Cristo no quita nada, lo da todo. Quien diga lo contrario que haga la experiencia de dar y de darse a Dios. Lo veo, lo constato, lo palpo cada día: Dios llena el corazón de estos chicos. Sí han hecho renuncias, pero para poseer algo, o mejor, a alguien, por el cual vale la pena dejarlo todo.

¿Qué es lo que más les gusta a los seminaristas menores?
Les gustan los chocolates, las películas, las excursiones y también los ratos de oración que tenemos delante de Jesucristo. Algunos piensan que los chicos pasan de la adoración, de estar con Cristo en la capilla, pero no es así. Los chicos tienen un gran sentido de adoración, de alabanza… Los formadores tenemos que aprender a “tocar” esta tecla entre los chavales, si no se lo presentamos y valoramos nunca lo harán…

¿Y lo que menos?
Por lo que veo… la ensalada… (Risas) Especialmente cuando la verdura es muy llamativa… Pero se la comen, ¡eh! Que quede claro. Y cómo olvidarlo, tampoco les gusta muchos los períodos de exámenes. No…

Durante el puente de la Inmaculada habrá unas convivencias en la Apostólica, ¿en qué van a consistir?
Sí, durante el puente de la Inmaculada tenemos la convivencia nacional. Durante varios días, muchos chicos van a pasar por nuestro seminario menor para conocerlo, ver cómo vivimos, para que nos conozcan de primera mano… Constato que una de las causas de que muchos seminarios menores sean tan pequeños es porque no se conoce la vida que llevamos. Se tienen prejuicios sin haber estado aquí. Por eso es una ocasión maravillosa para que vengan y se contagien de la alegría que existe en los seminarios menores. Son días muy intensos con muchísimas actividades. Entre ellas misiones por Valencia, Laser-game, ayudar en el asilo de las hermanitas de los Ancianos Desamparados, un torneo de fútbol, momentos de oración y más actividades que irán surgiendo

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Si quieres asistir a las Convivencias que serán del 4 al 8 de diciembre en Vall de Flors, en Valencia, puedes contactar con:
  • Madrid: P. Jacobo Portillo, L.C.: 610 706 362 
  • Barcelona: P. Xavier Carné, L.C.: 608 131 793 
  • Sevilla: P. Francisco Hernández, L.C.: 607 930 507 
  • Valencia: P. Mauricio Ruiz, L.C.: 661 429 246 
  • Salamanca: P. Jesús Turrillo, L.C.: 600 578 451

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