19 de septiembre de 2014

Monseñor Munilla explica en la Universidad Francisco de Vitoria las directrices de la Evangelii Gaudium

Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, invitado por los miembros de Regnum Christi de Madrid, impartió el pasado viernes 12 de septiembre una conferencia titulada "Las directrices para la nueva evangelización a la luz de Evangelii Gaudium". Al encuentro, celebrado en el Aula Magna de la Universidad Francisco de Vitoria, asistieron más de 250 personas. Al concluir, el obispo donostiarra cenó con un grupo de asistentes en la cafetería de la Universidad.




En su conferencia, don José Ignacio explica que la Evangelii Gaudium no es una encíclica, se trata de un documento pastoral, espiritual, familiar y exhortativo. Y articuló su conferencia en cuatro puntos.

El Cristianismo es Jesucristo
Ante todo, el Papa Francisco propone el Kerigma, es decir, el anuncio sintético del mensaje evangélico: Jesucristo es Dios Encarnado para la salvación de todos los hombres. Esta es la buena y alegre noticia cristiana. El Kerigma está reñido con la forma de presentar el cristianismo como un “conjunto de valores morales universales”, de la misma forma que está reñido con el racionalismo teológico, que pasa las verdades de la fe por el filtro de la razón: solo lo racional es creíble y válido. El cristianismo es Jesucristo, no un moralismo casuístico.

Peligros a evitar
La Evangelii Gaudium hace un diagnóstico de las cuatro tentaciones de los evangelizadores:

1) El pesimismo estéril. Algunos prefieren ser mejor “generales de un ejército derrotado, que soldados humildes de un ejército en pie de lucha”. Es muy importante ofrecer a Dios la mortificación de nuestros estados de ánimo, para que no sean ellos los que nos gobiernen.

2) La mundanidad espiritual. No debemos asumir los criterios del mundo, sino los del Evangelio. No podemos dejar de lado temas tan fundamentales como los Novísimos, la realidad el pecado, del Demonio…

3) La insensibilidad, es decir descuidar a los demás y no portar ternura a los demás ante su mundo de dificultades y problemas cotidianos.

4) El cotilleo, esa crítica que tanto daño hace a la unidad en la Iglesia. Es necesaria la corrección fraterna, sí, pero no tiene nada que ver con “puñaladas por la espalda”.

La realidad y la Doctrina Social de la Iglesia 

El Kerigma se encarna en la Doctrina Social de la Iglesia, en la caridad social. La Doctrina social de la Iglesia se trata de un “tesoro desconocido” para muchos evangelizadores, y que nos ayuda a descubrir y a enfrentarse hoy a las nuevas formas de pobreza, que no son únicamente materiales. El Papa propone cuatro criterios para hacer el discernimiento de la realidad social:

1) El tiempo es superior al espacio; es decir, mirar el largo plazo, no ser inmediatistas.

2) La realidad es más importante que la teoría. La teoría sin la referencia y respeto de la realidad se convierte en ideología.

3) La unidad debe prevalecer sobre el conflicto; no estimular y azuzar los conflictos, sino salir a la búsqueda de soluciones.

4) El todo, el bien común es superior a las partes.

Conversión personal y conversión pastoral
La conversión personal debe estar ligada a la conversión pastoral, es decir, en la forma de comunicar y transmitir el Kerigma. El Papa sorprende al dedicar muchas páginas de la Evangelii Gaudium a explicar cómo debe ser la homilía.

¿Cómo predicar? Ante todo, orar: oír primero a Dios y luego a los hombres. Y señala tres elementos para que haya una buena predicación: una idea, un sentimiento, una imagen.

La conclusión de la conferencia de monseñor Munilla fue clara: El Papa propone una Iglesia Misionera en salida hacia todas las periferias.

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