7 de marzo de 2013

¡Vaya Fichaje!, por el P. Leopoldo Cuchillo, LC

P. Leopoldo Cuchillo.- ¡Vaya fichaje han hecho los trapenses, los cartujos, las clarisas, las carmelitas o las iesus communio y todas esas órdenes y congregaciones que en el silencio se dedican a orar por la Iglesia!. ¡Vaya fichaje! Han conseguido que un Papa deje su preclara Sede, y proclame que la oración está por encima de todo." (Leer artículo completo"¡Vaya fichaje!").

P. Leopoldo Cuchillo L.C.- Mucho se está escribiendo y diciendo, y no es para menos, sobre el momento histórico que en la Iglesia estamos viviendo. Por la red, en la prensa, en los corrillos de los bares y en las sacristías, el tema no deja de ser deshojado, manoseado y analizado. Teólogos y eclesiásticos, ateos y fieles de otros credos,  la señora que va a la compra o el taxista que espera en la estación,…  todos sienten y todos opinan. Y me parece bien.

Entre todo lo que se ha dicho hay comentarios excelentes, de alta espiritualidad, de análisis eclesial, de profunda caridad. También, y como no podía ser menos, chismes, profecías baratas, realidades apocalípticas, quinielas periodísticas, maquinaciones, contubernios… De estos me abstengo.

Me quiero parar  ante el comentario de un contertulio de una de las cadenas que ayer nos narraron la “partida” del Papa. Nos hablaba de la primacía de la oración que el Papa había escogido. Y dándole vueltas a esta realidad evidente, me vinieron a la mente los miles de mujeres y hombres que en los cientos de oasis que por el mundo se han organizado,  han proclamado con su vida esa primacía de la oración. Esos hombres y mujeres que se encierran, ante la mirada atónita o incomprensiva de los demás, para dedicarse a lo único importante. Esos miles han escogido la mejor parte. Y hoy están de enhorabuena. 

¡Vaya fichaje han hecho los trapenses, los cartujos, las clarisas, las carmelitas o las iesus communio y todas esas órdenes y congregaciones que en el silencio se dedican a orar por la Iglesia!. ¡Vaya fichaje! Han conseguido que un Papa deje su preclara Sede, y proclame que la oración está por encima de todo. Se han llevado tras sus rejas y sus muros a nuestro Papa. Han conseguido que lo que tantas veces él mismo aconsejaba, se haya hecho carne en su vida. Han enclaustrado al Papa en el corazón de la Iglesia que son los monasterios. 

El mundo dirá ¡qué desperdicio! ¡con lo bien preparado que estaba! ¡qué pena, con lo bien que lo había hecho! ¡nos abandona para refugiarse en una vida sin problemas! Pero nosotros proclamamos: ¡qué testimonio y que fichaje! ¡qué valentía al proclamar la verdad: que esa es la mejor parte de la Iglesia, y lanzarse a vivirla!

Me imaginaba que podría pasar como con esos padres del desierto que nos cuentan: que yéndose ellos a esas grutas de silencio y oración, arrastraron a amigos, conocidos o personas que de oídas supieron de su aventura. Los antonios, los pacomios, los foucauld y demás. No sé qué pasaría si alguien se arrancara y llamara a las puertas de  Castellgandolfo pidiendo ser admitido a ese nueva orden, a este nuevo oasis de oración en torno al que fue nuestro Vicario de Cristo. No creo que don Georg lo permita, pero desde luego sería noticia.

Sin llegar a tanto, quizás si podemos hacer una nueva orden de claustro y reja, de altos muros, de penitencia y oración.  Unirnos con nuestra vida ordinaria a este hombre, crear un cenobio universal en torno a él, y proclamar con él que la oración es lo primero para la Iglesia y para cada católico. Quizás podamos lograr un ejército de hombres y mujeres de toda condición, edad, y procedencia que sumidos en nuestros quehaceres, y nuestras preocupaciones, sepamos bajarnos de “nuestras sedes” cada día para dedicarnos a lo más importante; hombre y mujeres que encerrando toda nuestra actividad en los muros de la oración, nos protejamos de relativismo reinante tras la reja de la unión con Dios y sepamos acompañar a la Iglesia y a nuestros cardenales con un tsunami de adoraciones, oraciones y sacrificios, dignos de las  más nobles órdenes y congregaciones de clausura.

El Papa ha escogido la mejor parte y no le será arrebatada. Unámonos a él. Pidamos por la Iglesia, por los cardenales que elegirán al nuevo Pastor y por el que ya en el corazón de Dios es el elegido. Y ¡¡felicidades por el fichaje!!
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Conoce la vocación del P. Leopoldo Cuchillo: En este vídeo de vocacion.org nos cuenta cómo fue en el Estadio Santiago Bernabéu donde Dios le habló al corazón y le transmitió los planes que tenía para él.


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